Estoy en camino a la Convención Anual de la Asociación Nacional de Superdotación en EEUU; este año es en Indianapolis.
Desde el 2010 al 2015, mientras estaba en mi programa de PhD, fui todos los años a presentar resultados de investigaciones, investigaciones en proceso, experiencias con estudiantes con altas capacidades, programas para adolescentes en búsqueda de carreras creativas, y talleres para docentes para beneficiar el desarrollo social y emocional de sus estudiantes con AACC.


En el 2016 volvimos a vivir a Paraguay un poquito antes de que se realizara la conferencia, y desde ahí ya no volví a ir entre que no postulé ponencias o no aceptaron las ponencias postuladas. (Es una conferencia muy selectiva, donde menos de la mitad de las ponencias se seleccionan). No fui hasta el 2020; iba a ser en Disney y por supuesto había postulado ponencias con toda la intención de ir, pero vino el COVID, fue virtual y diserté desde mi home office. El año pasado fue híbrido, tenía dos disertaciones y dos postres y decidí ir presencial hasta Denver.
Me di cuenta de lo mucho que extrañé.


En esta conferencia me formé como profesional en altas capacidades, como investigadora que busca utilizar métodos rigurosos desde el inicio de mi doctorado. Esto no es solo aprendiendo en ponencias, sino también hablando con colegas en los pasillos, conversando casual con eminencias del área en momentos de relax, escuchando atentamente cuando contaban problemas que habían tenido en sus investigaciones, y más aún cuando en mis disertaciones recibía comentarios y sugerencias que me llevaban a mejorar.
Para mí (como para tantas y tantos colegas en todas partes), esta conferencia implica ese contacto tan necesario con demás profesionales del área. Nos contamos experiencias de investigaciones. Compartimos las dificultades en conseguir aceleración de grado completo. Generamos ideas y asentamos colaboraciones para proyectos a futuro. Es que es un área muy solitaria—fíjense que en toda Latinoamérica somos poquitos equipos de investigación, y poquitos equipos de práctica profesional.
Diría que tiene lógica porque “no son tantos en la población” pero hay otras poblaciones con prevalencia similar y asociaciones profesionales mucho más activas. (Vos profe, estoy 100% segura que ya tuviste estudiantes con altas capacidades en tu aula.)
Quiero soñar con que en 15 años tengamos conferencias sobre altas capacidades en Latinoamérica tan llenas de vida, tan llenas de aprendizaje, y tan llenas de inspiración.
Felicitaciones Doctora ________________________________
Me gustaMe gusta