Las personas doblemente excepcionales (o «2e»; abreviatura simple), son aquellas que tienen Altas Capacidades (AACC) y Problemas de Aprendizaje como dislexia, disgrafía, discalculia, trastornos de procesamiento (sensorial, visual, auditivo), TEA (trastorno/s del espectro autista), dispraxia, disfasia, TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), LCT (lesión cerebral traumática), trastornos de la conducta y trastornos del estado de ánimo.
En la comunidad científica, las altas capacidades y los problemas de aprendizaje se consideran «excepcionalidades», por eso el término «doblemente excepcional», pero el concepto clave para entender la doble excepcionalidad es la asincronía (también llamada disincronía) del desarrollo.
Un ejemplo de asincronía es cuando una niña que está en 2º grado puede leer en un nivel de 7º grado, escribir en un nivel de 3º grado y entender conceptos matemáticos en un nivel de 9º grado. Esta niña puede mantener conversaciones profundas con adultos y, a su vez, tener rabietas como alguien de 3 años.
Esto sucede porque los niveles de desarrollo de las personas con 2e no están «sincronizados», como en el resto de la población promedio. Hecho que suele generar confusiones y mitos como: «Solo está siendo vago/a», «No se esfuerza», «No le importa aprender», «Se hace nomás», «Cuando quiere, bien que le sale».
Esta tendencia a resaltar los puntos débiles por sobre los fuertes es internalizada por las personas con 2e, quienes se convencen de que hay algo que «está mal» con ellas y utilizan conductas compensatorias para enmascarar sus necesidades y potencialidades, en el intento de evitarse más problemas.
La persona con doble excepcionalidad calla sus necesidades y talentos para encajar
Sin comprensión ni apoyo, seguirá estancada en una zona gris, aburrida y uniforme, viviendo a espaldas de su capacidad.
El primer paso para evitar este desenlace es entender que el desarrollo atípico NO es un problema, sino una característica de la persona. Las capacidades y necesidades hacen a la identidad. No son buenas ni malas, simplemente son. El uso que hacemos de ellas determinará el estilo de vida que llevemos.
Para ayudarles a las personas con 2e a vivir una vida plena, debemos atender sus necesidades y darles la oportunidad de nutrir sus potencialidades.
El problema no es ser diferente, sino ser incomprendido
Nuestra cultura educativa suele buscar formas fáciles de enseñar y medir, pero las personas con altas capacidades son complejas, y aquellas que además tienen dificultades de aprendizaje son extraordinariamente complejas. Por ende, un plan de estudios estándar nunca satisfará sus necesidades.
Su educación requiere de una inversión real de tiempo y energía para crear experiencias de aprendizaje atractivas y significativas que estén acordes a su perfil. No hay solución rápida ni mágica, pero si hay comprensión, todo puede ser más fácil.