“¿Para qué voy a evaluarme? Ya soy adulta, ya no voy a cambiar nada…”
Sí y no.
Ya sos adulta, cierto.
Ya no vas a cambiar nada del pasado, ¿…cierto?
Evaluarse de adulta nos da, en primer lugar, el autoconocimiento. Entendemos muchas cosas. Entendemos tantas, tantas cosas que podían parecer no relacionadas antes. A la luz de los resultados y la interpretación de los mismos, muchas experiencias de nuestra vida van tomando una nueva forma.
No podemos cambiar nada de lo que ya sucedió, y al mismo tiempo sÍ podemos cambiar nuestra mirada al respecto. Las historias que nos contamos sobre nuestra vida moldean las decisiones que vamos tomando. Entonces si cambiamos la forma de entender las historias, vemos en una nueva perspectiva todo lo que sucedió antes, y encontramos nuevos caminos para todo lo que está por venir.
O sea… no es que no cambie “nada” – cambia un poco el pasado, y un mucho el futuro.
