Del alto rendimiento en adultos al equilibrio en los niños: aprendiendo a desconectar

Cuando hablamos de alto rendimiento y pasión por el trabajo, es fácil pensar en adultos que buscan cumplir metas y lograr el éxito en sus carreras. Sin embargo, estas mismas dinámicas también afectan a los niños, especialmente aquellos con altas capacidades. Aprender a equilibrar el esfuerzo con momentos de pausa es igual de importante para los más pequeños.

1. El desafío de desconectar en adultos

Los adultos con altas capacidades suelen estar inmersos en sus proyectos, lo que puede hacer que les cueste desconectarse al final del día. La satisfacción de cerrar la computadora con la sensación de haber completado una tarea, como comentábamos antes, es clave para mantener la motivación y evitar el agotamiento.

Pero este mismo desafío, aunque en otro contexto, se presenta en los niños. Los niños con altas capacidades también pueden quedar atrapados en actividades que los apasionan, ya sea un libro, un juego o una tarea escolar. Aquí es donde entramos en la necesidad de enseñarles a ellos, como lo hacemos con los adultos, a saber cuándo es momento de parar.

2. El paralelismo en los niños

En los niños, el concepto de “desconectar” es igual de importante que en los adultos. Si bien no tienen la misma presión laboral, pueden sentir una gran pasión por sus actividades y querer seguir hasta el cansancio. Es crucial que aprendan a balancear entre el esfuerzo y el juego, entre la concentración y el descanso.

Por ejemplo, un niño que disfruta mucho de leer podría pasarse horas sin levantar la vista del libro (¿te suena conocido? 😅), lo que es positivo hasta cierto punto. Las familias y educadores deben guiar a los niños para que comprendan que hacer pausas es parte de un aprendizaje saludable.

3. Enseñando a los niños a cerrar “su computadora”

Al igual que enseñamos a los adultos a cerrar la computadora cuando han completado una etapa de trabajo, podemos enseñar a los niños a reconocer cuándo es momento de parar. Ya sea cerrando un libro, dejando un juego para otro momento o tomándose un descanso durante las tareas escolares, los niños deben aprender que no siempre es necesario seguir hasta el agotamiento.

Ayudar a los niños a reconocer sus señales físicas y emocionales de cansancio es el primer paso. Mostrarles que tomar una pausa no significa que están fallando, sino que están cuidando de sí mismos, los prepara para un futuro en el que puedan manejar mejor su rendimiento.

4. Integrar el juego y la desconexión en la vida diaria

Una forma efectiva de enseñarles a los niños este equilibrio es integrando momentos de desconexión en su rutina diaria. Así como es importante que los adultos celebren el cierre de su día productivo, los niños también deben aprender a celebrar sus logros, y luego relajarse. Esto les ayudará a desarrollar una relación sana con el aprendizaje y el esfuerzo.

5. El papel de los adultos como guías

Finalmente, los adultos tienen el papel fundamental de ser modelos de este equilibrio para los niños. Si los adultos a su alrededor muestran que valoran el descanso tanto como el esfuerzo, los niños van a aprender que no se trata solo de trabajar duro, sino de hacerlo de manera inteligente y cuidarse.

El equilibrio entre esfuerzo y descanso no es solo un tema para adultos, sino una lección vital para los niños, especialmente aquellos con altas capacidades que pueden tender a un alto rendimiento y alta exigencia. Enseñarles a saber cuándo “cerrar la computadora” es una habilidad que les va a servir toda la vida. ¿Cómo les ayudás a tus chiquis en casa o en el colegio a encontrar ese equilibrio?

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