Los adultos superdotados existimos

Se piensa que la adultez es la vida resuelta; una carrera, un trabajo,…[inserte expectativa social]…

Así, es normal que al pensar en personas superdotadas, nuestra mente imagine niños y niñas prodigio. Se pasa por alto la existencia de personas adultas, no porque no sepamos de ellas, sino porque «no nos necesitan».

Hasta la fecha, la mayoría de los esfuerzos y recursos que existen se centran en la infancia, lo cual es profundamente necesario, pero insuficiente si lo que queremos es construir una sociedad inclusiva en toda la extensión de la palabra.

La identificación y el apoyo en la adultez son un tema pendiente, más aún en países latinoamericanos, donde la cultura del sacrificio y el poder con todo sigue muy presente. La adultez superdotada no identificada se ve como:

Incomprensión crónica

Aburrimiento crónico

Problemas para permanecer en un trabajo

Insatisfacción constante

Miedo a fallar, a no hacer todo perfecto…

El mundo laboral y social pagan la mayoría de los platos rotos. Sin embargo, literalmente nunca es tarde para llegar al consultorio; sean los 20’s, 30’s, 50’s, 60’s o más, tenemos la suerte de vivir en un mundo en constante movimiento, un mundo donde diagnosticarse, además de conocerse, es abrirse al cambio.

Decía la negra Sosa…

Cambia el rumbo el caminante
Aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no extraño…

Mercedes Sosa

Las fortalezas y desafíos que habitan las altas capacidades son tan complejas y únicas como cada persona superdotada. Más complejas y más únicas que la norma, eso sí.

Con la revelación, viene una amalgama de cambios en la vida, un antes y un después de reconocerse.

Y ya el reconocimiento en sí es reparador. En Aikumby escuchamos muchas frases como: «Sentí que me vieron por primera vez» , «Ahora todo tiene sentido», «¿Entonces no era yo nomás?»

Generar conciencia y atención es crucial para que las habilidades y talentos de la vida adulta se desplieguen como siempre merecieron desplegarse.

No olvides, la próxima que pienses en altas capacidades, pensá también en vos.

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